domingo, 18 de octubre de 2015

Y qué...

No sé qué tiene la vida
y qué tengo yo, que
vivirla no puedo.
Qué tiene el cielo
y qué tienen tus ojos
que cambian de color cada vez que los veo.
Qué tiene la lluvia
y qué tiene mi lágrima
que no paran de caer.
Qué tiene la música
y qué tiene el recuerdo
que me acercan a vos y me alejan de mí.
Qué tiene el azahar
y qué tiene tu perfume
que distraen mis pensares y sentidos.
Qué tiene la certeza
y qué tiene tu sonrisa
que disipa y ahuyenta mi melancolía.
Qué tiene la gaviota
y qué tiene tu palabra
que exacerba mi deseo de tenerte.
Mi deseo, sí, mi deseo
porque solamente se anhela
aquello que no se tiene y que tal vez,
solo tal vez, se ha tenido.
¿Cómo se hace para ser
si no sé qué hacer
cuando sos y hacés sin mí?
Que mientras no seas
y no hagas conmigo,
soñaré buscando el siendo.

martes, 13 de octubre de 2015

¡Si entendés estos 10 puntos sos un verdadero exMOEA!


Para tantos universitarios de todo el hemisferio que con seguridad vivieron en carne propia una de las experiencias internacionales que más marcaron su carrera y hasta su vida: el MOEA (Modelo de la Organización de los Estados Americanos).

Aquí, diez experiencias que sólo ellos podrán entender…


  1. Sos un experto en vistos, considerandos y resuelves.
  2. Seguro quedaste traumado hablando en tercera persona, ¿verdad que sí?
  3. Desarrollaste una extraordinaria capacidad para despertarte, arreglarte y transformarte en todo un embajador después de toda una noche de full party. (No lo negués).
  4. También te mordías la lengua cuando se te olvidaba el dichoso “cedo mi tiempo restante a la mesa”.
  5. Llegó un punto en que quisiste hasta declararle la guerra a otro país en pleno debate.
  6. Llegaste a considerar vender tu alma por una firma para tu resolución (yo sé que sí).
  7. Te sentías en House of cards de corbata y maletín negociando tu resolución. (Falda, plataformas y seducciones femeninas para las mujeres).
  8. Terminaste el MOEA y ya ni sabías si hablabas como peruano, venezolano, colombiano o chileno.
  9. Fuiste embajador por unos días y sabés que eso no tiene precio.
  10. Lo mejor de todo: hiciste más que amigos, hiciste hermanos de todos los rincones de las Américas que, a pesar del tiempo y la distancia, siempre serán tus amiguitos MOEA.



Éstas sensaciones con seguridad aún permanecen en el recuerdo de quienes vivieron al cien esta experiencia MOEA que produjo grandes amistades, grandes aprendizajes y grandes emociones.

De un exMOEA más