domingo, 21 de febrero de 2016

Versos y pensamientos vagos...

La paz que respiro cuando duermo
se asemeja únicamente a la paz que de tu mirada se expande
cuando se encuentra con la mía.
La seguridad con la que me despierto
se parece a la certeza de mi alma
cuando tengo el calor de tu abrazo
en la noche fría de mi incertidumbre.
Más la caricia de tu ser
cuando de tu boca se desprende un te quiero,
frente a la neblina invernal
de mi corazón decepcionado...
No es posesión, no es secuestro, no es prisión, no es clandestino;
es ese desatino infantil de quererte siempre y para siempre,
es agradecerle a la vida de vivir y personificar un sentimiento,
es reír por dentro y bailar ante tu encuentro,
es vivir con vos y crecer yo en vos y vos en mí.
Ni vos, ni yo sabemos muy bien adónde vamos,
pero sabemos con firmeza de dónde venimos;
ni vos, ni yo por lo pronto lo decimos,
pero sabemos realmente en qué confiamos.
La vida se encarga de que encontremos
lo que quizá ni buscamos,
pero qué encuentro más sublime
que el de la plenitud y la felicidad que anhelamos.
Si hubiese un resumen de lo que gestamos,
dijese que lo nuestro es una canción;
una magistral rapsodia de movimientos sutiles,
entre altos y bajos, entre canto, armonía y son;
de composición inspirada y a veces hasta mal lograda,
de compases magistrales, de ensayo y error.

El autor