sábado, 2 de mayo de 2015

Liniers, una vida llena de hacer cosas por primera vez

Ricardo Siri Liniers, historietista argentino

Enriqueta es una de las protagonistas de las caricaturas del genio argentino Liniers, quien con su infancia, astucia ingenua y gustos extraordinarios, nos maravilla con sus pensamientos y con sus vivencias diarias cargadas de sencillos, pero grandes mensajes para la vida.

Ésta imagen me pareció particularmente especial por el deseo de Enriqueta. Después de haber escalado un árbol, quizá con muchas dificultades, quizá después de varios intentos y con mil miedos y congojas, logró descubrir un nuevo mundo, explorar nuevos lugares y, sobre todo, nuevas sensaciones. ¿Qué más valioso en esta vida tan corta que hacer las cosas por primera vez?

Colón murió en la ignorancia de haber descubierto un nuevo mundo, pero murió satisfecho por haber descubierto una nueva ruta comercial. Newton descubrió la Ley de la gravedad. Bach incursionó en el mundo de la música, transformándola históricamente. En fin, ni vos ni yo somos Bach o Newton, pero también hemos disfrutado de hacer cosas por primera vez.

La primera vez que decimos “papá” o “mamá”, la primera vez que logramos andar en bicicleta sin las rueditas de precaución, la primera vez que aprobamos una clase con cien, la primera vez que damos un beso o la primera vez que la vida nos lleva a una oficina para empezar una carrera laboral.

La primera vez que ganamos algo, la primera vez que nos dan un cheque como salario, la primera vez que recibimos la noticia de que seremos papás, la primera vez que perdemos o fracasamos.

O la primera vez invaluable en que admiramos en primera fila todo lo anterior, pero vivido por nuestros hijos. La vida es una constante repetición de primeras veces que traen consigo nuevas sensaciones, nuevas mariposas en el estómago o nuevos nudos en la garganta.

Para experimentar nuevas cosas no existe fecha de jubilación. No hay mejor vida que la que te permite probar nuevas experiencias a menudo, nuevos árboles que escalar, nuevos paisajes luminosos que degustar desde las cúspides de esos árboles, y, más que eso, personas invaluables que te acompañen en esas expediciones.

Enriqueta tiene a Fellini (el gato travieso y leal, compañero de vivencias) quien con sus invenciones ameniza sus días y ameniza los días de quienes vemos sus caricaturas. Son un complemento, una ecuación perfecta.

No me resta más que unirme al coro de Enriqueta y pedir una vida llena de hacer cosas por primera vez.

El autor