La idea de
Democracia gira en torno a una variedad de conceptos y valores que se supone
son intrínsecos en la sociedad humana y favorecen a la convivencia de las
personas en un espacio determinado. Entre tantos de esos conceptos y valores,
están el de diversidad, el de pluralidad, el de libertad y derechos, que en
resumidas cuentas ya son parte de nuestra naturaleza, o al menos en sociedades
organizadas que se rigen por sistemas de Democracia.
Hablar de Democracia,
por tanto, es hablar de gente que piensa, siente y actúa distinto, y que,
encima, tiene toda la libertad de expresar cómo piensa, cómo siente y cómo
actúa, sin que sea discriminado o relegado o reprimido por esas mismas razones.
Por tanto, decir que una persona que no piensa como yo está en un error, es
parte de mi libertad y tengo todo el derecho de juzgarle por eso, al fin y al
cabo para eso es la democracia y para eso es la política, para resolver
conflictos y diferencias a través de las palabras y el diálogo. Pero decir que
si una bala le atravesara la cabeza no haría ruido e incluso pasaría rápido,
porque al no pensar como yo, tiene la cabeza hueca, es como que bastante
imprudente, ¿no? Sobre todo si ejerciera algún cargo público y comiera gracias
a esa gente cabeza hueca que difiere de mí.
Embajador Roy Chaderton |
Pues esas fueron
las declaraciones de, ni más, ni menos, el Embajador de Venezuela ante la
Organización de los Estados Americanos (OEA), el diplomático Roy Chaderton, con
un impecable récord en el campo de la Diplomacia y con una elegancia bestial
para ofender, criticar al Imperio y hablar basura de quienes le conviene hablar
basura. Textualmente:
“Los francotiradores apuntan a cabezas, pero llega un
momento en que una cabeza escuálida no se diferencia de una cabeza chavista
salvo en el contenido. El sonido que produce en una cabeza escuálida es mucho
menor, es como un chasquido, porque la bóveda craneana es hueca, entonces pasa
rápido, pero eso se sabe después que pasa el proyectil…”
¿Creés vos
posible que un diplomático de carrera, con una experiencia inefable, pueda
referirse de esa forma de un contrincante político sea cual sea? En principio,
usar el ejemplo de una bala parece tan vulgar, tan inhumano y vil que da la
impresión de querer no sólo asesinar la cabeza que razona, sino también
pretender matar ese sentimiento que inspira oposición. Luego se vienen otras
ideas respecto de las declaraciones del embajador, como la marcada diferencia
que desea dejarnos claro entre el chavista y el no chavista, entre un universo
de sabios, intelectuales y expertos, y un universo paralelo de neófitos,
estúpidos e ineptos.
A su vez,
utiliza el término “escuálido” para dirigirse a las cabezas de los no chavistas
como una forma de caracterizarlos como babosos, esqueléticos y hasta
asquerosos, pero, por supuesto, con el toque protocolario que debe caracterizar
a un diplomático de su envergadura. El punto no está en unas simples críticas a
personas que considera adversas a su línea de pensamiento, ni en una crítica
común de contraparte, el punto está en que si empezáramos a decirnos cosas
tales, más temprano que tarde estaríamos llevándolas a la práctica y veríamos
un atentado enorme a los principios por los que debe regirse una Democracia.
Ciertamente que
la Democracia no es para cualquiera, y que nunca falta el que se siente
demasiado libre como para quitarle la libertad a otro. Éste es uno de esos
tantos ejemplos, y Venezuela con sus crisis en cadena, es otro de ellos.
Obviando las sanciones por parte de Estados Unidos a algunos particulares
venezolanos, las riñas diplomáticas entre ambos países y la coyuntura
internacional, es preciso subrayar que bajo ningún contexto, expresiones como
las del Doctor Chaderton son admisibles y debieran causar indignación para
cualquier democrático que las escuche, tenga o no tenga la cabeza escuálida.
Quizá el Doctor
Chaderton sea incapaz de fungir como francotirador e intentar probar su teoría
de las bombas, balas y cabezas escuálidas. Pero de lo que sí hemos de estar
seguros es de su intención de asesinar cualquier tipo de pensamiento que se le
contraríe a su posición. El detalle está en que, basados en el principio de la
dialéctica y rebobinando un poquito el casssette de la historia, claro está que
por más que se intente matar cabezas escuálidas, y por más vacías que parezcan
esas cabezas, su pensamiento jamás podrá ser erradicado y su idea ha de
perdurar, dominando incluso frente a los sabios, eruditos e intelectuales, por
una sociedad real democrática.
No hay comentarios:
Publicar un comentario